La histórica Huerta de Alicante se asentaba en una fértil y extensa llanura rodeada de montañas que, con el tiempo, llegó a 30.660 tahúllas de superficie de regadío mejorado.
Hace más de mil años los musulmanes cultivaron estas tierras, modificando por completo su paisaje. Convirtiendo campos yermos en fértiles huertas. Idearon un sistema jerarquizado de brazales, hijuelas, ramales y subramales y presa menor, el Azud de Mutxamel.
Durante la época feudal incorporan al sistema de regadío andalusí el Azud de Sant Joan y la acequia Gualeró, además de nuevos brazales que regarán con por las aguas del Monnegre, Sant Joan y Benimagrell, Santa Faz y la Condomina.
Desde Sant Joan, se construye un nuevo brazal en la acequia Mayor, el brazal de Maigmona o Benialí y, a través del ramal del Maremoto fertilizarán la tierra y Finca Fidegüet.
Desde finales del siglo XV y, sobre todo, a partir de la construcción del Pantano de Tibi, la Huerta de Alicantese constituyó en el centro de la producción del famoso vino Fondillón de Alicante.
Y Finca Fidegüet estaba en el mismo centro de la huerta de Alicante y de la producción del Fondillón.
Las especiales características del suelo, su cercanía a la ciudad de Alicante por el camino del Xiprer y EL Camí de L´Horta, su constante baño de la brisa marina y, sobre todo, sus otoños secos e inmensa insolación hicieron de Fidegüet la hacienda perfecta para el cultivo de la uva Monastrell.
Esta variedad autóctona y hegemónica de Alicante, tiene la característica de madurar muy tarde a diferencia de otras uvas norteñas que se pudren fácilmente, la Monastrell llega a bien entrado noviembre con una abundante cantidad de azúcares.
En la finca Fidegüet se elaboraba el Fondillón durante siglos y para ello se vendimiaban las uvas a final de octubre, después se extendían sobre cañizos para eliminar la humedad y a continuación se prensaban.
Luego de tres semanas el vino se quedaba con 16 grados de alcohol y 30 gramos de azúcar, es decir, un vino semi dulce o embocado. Pasada la navidad se ponía en viejos toneles de roble americano durante años y años hasta envejecerse y volverse de color ámbar.
Todas las familias propietarias de la finca Fidegüet se dedicaron a la elaboración de vino Fondillón, que exportaban a través del puerto de Alicante, constituyendo la principal fuente de ingresos económicos de la finca.
También en Fidegüet o se cultivaban otros productos típicos de la zona: El olivo para aceite, de los cuales hoy día se conservan algunos centenarios en el patio principal de la casa, los almendros para la elaboración del dulce turrón navideño, algarrobos para el alimento de los animales, higueras y una buena cantidad de hortalizas diversas, tomates, melones y frutales.
La hacienda tenía, como casi todas las casas grandes y torres de defensa de la huerta, una ermita, que se ha perdido con los años, pero la bodega si ha sobrevivido a el paso del tiempo, restaurada por los propietarios actuales.
En la actualidad el visitante de la finca Fidegüet puede disfrutar de un entorno maravilloso, la pinada original, la bodega y casa solariega totalmente restaurada y que recuerda y mantiene la esencia de una villa y casa señorial de la Huerta de Alicante.